Los perros y los lobos
"Los perros y los lobos" (1940) fue la última novela publicada de
Nèmirovsky antes de ser detenida y recluida en Auschtwitz, donde murió
asesinada (allí no se moría nadie porque a todos los mataban) en 1942, y abrir las páginas de un libro de Irène Nèmirovsky es entrar en una máquina del tiempo que te llevará a los años más convulsos del siglo XX, al corazón de las tinieblas de una sociedad que avanzaba hacia una noche larga y oscura, la debacle más horrorosa, indigna y vergonzosa del ser humano; la guerra.
Ada Sinner, la protagonista del libro, es una niña judía que vive en Ucrania junto a su padre viudo, un maklers (comerciante) que se gana el sustento sin apenas descanso a base de comprar y vender alimentos y todo tipo de objetos, entre las clases bajas y altas de la ciudad. A través de la pequeña Ada, asistimos a los temidos pogromos, españolización de un vocablo ruso que significa devastación. Los pogromos eran grupos de personas llenas de ira y odio que saqueaban, apaleaban, rompían y quemaban todo lo que se ponía en su paso. Esta barbarie se dirigió hacia los guetos de judíos con el fin de expulsarlos de las ciudades. No mucho más tarde, su total exterminio sería el objetivo a conseguir.
Junto a Ada correremos huyendo de las matanzas, llamaremos a la puerta de una elegante mansión para pedir cobijo y comida. Seremos despreciadas por aquellos que, por el simple hecho de haber disfrutado de mejor fortuna en la vida, se creen superiores. Nos enamoraremos, con la sinceridad de la primera vez, de un joven altivo y emigraremos a París escapando de la intolerancia y buscando una oportunidad de sobrevivir a la miseria.
Ada Sinner desea hallar su lugar en el mundo a través de su pasión: la pintura, pero también a través de la soledad, el amor y el valor que necesitará para seguir viviendo pese a todo.
Novela corta en extensión que sin embargo y gracias a las elipsis temporales que emplea la autora, nos relatará toda esa vida llena de acontecimientos y escenarios diferentes.
El narrador, equisciente, nos guía a través de los ojos de Ada pero también de los ojos de su padre Israel, de su madrastra, de sus primos Ben y Harry y de los ricos parientes lejanos; Salomon e Isaak. Y a través de todos ellos, el caleidoscopio de sus vidas se muestra ante nosotros como un crisol de una misma historia en la que perros y lobos, pese a provenir de la misma familia, se ven obligados a unirse y distanciarse durante toda la vida.
Junto a Ada correremos huyendo de las matanzas, llamaremos a la puerta de una elegante mansión para pedir cobijo y comida. Seremos despreciadas por aquellos que, por el simple hecho de haber disfrutado de mejor fortuna en la vida, se creen superiores. Nos enamoraremos, con la sinceridad de la primera vez, de un joven altivo y emigraremos a París escapando de la intolerancia y buscando una oportunidad de sobrevivir a la miseria.
Ada Sinner desea hallar su lugar en el mundo a través de su pasión: la pintura, pero también a través de la soledad, el amor y el valor que necesitará para seguir viviendo pese a todo.
Novela corta en extensión que sin embargo y gracias a las elipsis temporales que emplea la autora, nos relatará toda esa vida llena de acontecimientos y escenarios diferentes.
El narrador, equisciente, nos guía a través de los ojos de Ada pero también de los ojos de su padre Israel, de su madrastra, de sus primos Ben y Harry y de los ricos parientes lejanos; Salomon e Isaak. Y a través de todos ellos, el caleidoscopio de sus vidas se muestra ante nosotros como un crisol de una misma historia en la que perros y lobos, pese a provenir de la misma familia, se ven obligados a unirse y distanciarse durante toda la vida.
Joder profe cómo escribes... Quiero ser tú de mayor😅
ResponderEliminarmenuda reseña, me llama... Cuando termine esta situación me arruino en libros, otra vez. Un abrazo fuerte y sigue así 💜
Este no lo he leído, pero sí otros de Nemirovsky que me han gustado mucho (como El baile). Para esto de los pogromos no hay más que ver El gran dictador de Chaplin
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