La uruguaya
"Lee este —señaló La uruguaya—, de verdad, llévalo y me cuentas". Pero no le hice ningún caso porque a veces soy una rebelde sin causa.
Para resarcirme de aquel "desprecio librero", lo compré este fin de semana en "La lumbre" de Madrid (si me pierdo algún día, no buscadme en los bares) y, aunque ya no pueda contárselo al entusiasta señor que me lo dio a conocer, dejo constancia por aquí de esta historia, para quienes me leéis en esta hiperrealidad extraña que nos une. Es lo justo.
142 páginas. No más. La acción transcurre en un día. No más. Pero es que no hay un solo párrafo que sobre en el engranaje perfecto de su trama.
¿Qué cabe en 142 páginas? Casi nada (ironía). Una pareja, un hombre en crisis, la falta de dinero y trabajo, la paternidad, la infidelidad, el deseo, el sexo, el amor, la mentira, la tragedia, el humor.
El narrador cuenta su historia en primera persona anclado en un punto temporal desde el que irá saltando con absoluta maestría a través de los flash backs y los flash forward continuos. Así compone el puzle de lo ocurrido, repito, en un solo día y que arrastra de todo lo vivido hasta entonces. Te lo bebes. Yo, desde luego, me lo he bebido.
Está escrito, aviso a navegantes, en argentino y algo de uruguayo, pero es que eso te ayuda a transitar las calles de un Montevideo asombroso, amable, suave pero también traicionero, engañoso y áspero. Como la vida misma.
Si este año vuelvo a ver al librero, le daré las gracias.
Uy, me quedé intrigada. Ya me lo bajé desde la Biblioteca Digital chilena, a ver si lo leo en el avión ;) Gracias por la recomendación!
ResponderEliminarLo cuentas con tanta intensidad que da ganas de leerlo YA.
ResponderEliminarMe alegra incitaros a leer. Os va a gustar.
ResponderEliminarEn dos ratos lo leí. Me ha encantado
ResponderEliminarSorprendente, ¿verdad?
EliminarY no he contado nada del final, para que no me riñas.
A mi me encantó y leí después la de Sabina. Escribe muy lindo.
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