La plaza del Diamante
A Natalia, la protagonista que narra en primera persona su inolvidable historia, lo primero que le borran es el nombre. Su novio, al que conoce durante un baile en la plaza del Diamante cuando aún es muy joven y todos los sueños están sin desenvolver, se lo cambia por el de Colometa (palomita) y así es como empezará a llamarla a partir de entonces.
La Colometa es una niña que es casi una mujer o una mujer que casi es una niña, cuya mirada sencilla analiza las cosas, las personas y los sentimientos desde un lenguaje básico y pequeño pero desde un punto de vista feroz que nos resultará extraordinario, profundo y grande. Con un estilo indirecto en el que apenas hay diálogos porque será ella quien nos lo desgrane y filtre a través de su mirada, nos adentraremos en lo más profundo de su ser.
En las entrañas de una mujer que lo va a perder todo.
Presa sin saberlo, aunque en la novela irá despertando esa conciencia, en un matrimonio "típico" de la época, la Colometa vive en la Barcelona de principios del siglo XX a la que llegará arrasándolo todo la Guerra Civil y con ella la muerte, la destrucción, el hambre y los largos paseos por las calles oscuras y azules de la ciudad en los que nuestra Colometa arrastrará su pena, su confusión, el cansancio y su desesperación como pocas veces he leído y sentido. Porque, y esto es solo un avance, va a doler.
La plaza del Diamante es la historia de la guerra vista por los ojos de quien ni la quiso, ni la hizo, ni tuvo la más mínima posibilidad de influir en ella, pero es la historia de quien la sufrió y la padeció como pocos. Es la historia de una mujer y es la historia de muchas, las de entonces y las de ahora. De ahí que esté considerada una de las mejores novelas de su siglo, una historia universal. Una joya.
La leí hace algunos años y me gustó; la verdad es que me emocionó la trayectoria vital del personaje
ResponderEliminarEs la manera en que la escritora utiliza el lenguaje para narrar esta historia. Una mujer humilde, huérfana, pobre y sencilla que se enfrenta a cosas muy grandes y complicadas de entender y, por lo tanto, de contar. A "eso" es a lo que el personaje va poniéndole palabras y Rodoreda lo hace con maestría porque de esa manera nos muestra la angustia vital de una mujer cautiva en un matrimonio y en una guerra que no entiende.
EliminarGracias, Manolo, por comentar!
Bueno, Maria, ahora te puedes perdonar, pues con tu reseña y tu comentario a Manolo, nos estás entusiasmando a todos y todas las imperdonables a leerla :)
ResponderEliminar¿Y lo que te voy a echar de menos?...
EliminarRecuerdo con nostalgia la serie de televisión, con Silvia Munt. También hubo una película. Y ahora me dan ganas de leer el libro. Qué cosas!
ResponderEliminarPues mira qué cosas, mi itinerario es el opuesto, he leído el libro (que te recomiendo con fuerza) pero no vi la serie. Tendré que hacerlo.
EliminarEs un libro que tengo pendiente, aunque al igual que Ricardo, me encantó aquella serie con Silvia Munt. Una reseña que da apetito lector. Gracias, María
ResponderEliminarUn lector como tú no se puede dejar este libro atrás.
Eliminar