La seducción del lado oscuro

Fotograma de "La seducción" basada en la novela de Thomas P. Cullinan y dirigida por Sofia Coppola

#PROPUESTA: Escribe el monólogo del malo/mala



seducir


Del lat. seducĕre.

1. tr. Persuadir a alguien con argucias o halagos para algofrecuentemente malo.
2. tr. Atraer físicamente a alguien con el propósito de obtener de él una relación
sexual.
3. tr. Embargar o cautivar el ánimo a alguien.

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En esta definición de la palabra "seducir" podría englobarse la propuesta para escribir de esta semana; tratar de seducirnos un@s a otr@s por medio de un personaje "malo". Pero malo hasta el tuétano, ya que se tratará de un personaje que hará lo posible para que caigamos rendidos a sus pies.
Para este infame propósito podréis utilizar el narrador que más os cuadre con la historia que inventéis. A saber:

—Si narra el protagonista, en primera persona, será su voz la que oigamos y será él o ella quien emplee sus propias armas para seducir(nos).

—Si narra un narrador testigo, también en primera persona, veremos a nuestro villano o villana a través de sus ojos y entonces podremos observarlo desde otra perspectiva: sus gestos, su imagen, la manera en que se mueve o se expresa... Si utilizas un narrador testigo serán las impresiones del testigo las que cuenten e influyan en el lector. El malvado, en este caso, nos seducirá por persona interpuesta.
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¿Cómo es posible que nos sintamos atraídos/as por los personajes malos de las historias? Se trata de una cuestión de proporciones y equiparación de fuerzas, pilares en los que además, debe sostenerse la empatía. Lo explico.

Los buenos lo son porque existe el mal. Los altos son considerados altos porque hay bajos. El más guapo de la clase lo es porque está rodeado de otros que no lo son tanto. Uno o una es más generosa si está rodeado de egoístas. Y así, hasta el infinito, porque el poder y el valor de las fuerzas negativas serán las que midan el poder y el valor de las positivas.

Un charco solo necesita de un pequeño impulso para que podamos saltarlos. Un océano necesitará mucho más que un pequeño impulso para atravesarlo. Muchísimo más. El tamaño del problema nos da la medida de la solución.

El mundo está compuesto de fuerzas positivas que se oponen a las negativas y, en esa lucha de poder, ocurren las buenas historias.

Piensa en esto; si el mal desapareciera de repente, quienes escribimos nos quedaríamos sin nada que contar. Nada que mereciera la pena realmente.

Así pues, no deseemos acabar con el mal, deseemos oponernos con el bien. Luchar, caer, rendirnos para volver a presentar batalla, es lo que conocemos como "el camino del héroe" (aunque eso lo trataremos con más detalle en futuras entradas).

Ahora estamos hablando de la seducción que el mal (y los malos) ejercen sobre nosotros. Y ejercen ese embrujo porque el mal pesa tanto como el bien. Protagonista y antagonista tienen que ser equiparables en fuerza y poder de seducción o no habrá relato que interese a nadie. De hecho, en muchas historias, es mucho más seductor la villana que la heroína (quien a menudo es una pusilánime con la suerte de su lado).

Desde la "Odisea" pasando por "El señor de los anillos", "Harry Potter" o las pelis de "Star Wars", la historia es siempre la misma. Idéntica. Malos y buenos chocan sin un claro vencedor hasta el final y, aun en el final, la victoria nunca es completa. Como la vida misma. 

Y luego está la empatía. El que seamos capaces de ponernos en la piel de los personajes sobre los que leemos, que los entendamos de una u otra manera, que nos sintamos impelidos por ellos o ellas, por sus circunstancias, sus motivos o sus acciones. Sean quienes sean y hayan hecho lo que hayan hecho. ¿Por qué? ¿Quién leería, si no, la historia de un personaje abyecto que nos cae mal? NADIE. 

Los personajes siempre, siempre nos seducen de una manera u otra. Al leer sentimos simpatía, curiosidad, morbo, rabia, amor, atracción, envidia... y esas sensaciones son las que hacen que nos quedemos pegados al libro como si tuviera un imán. 

Inventa un malo o mala magnética. Si lo consigues, iremos con él o con ella hasta el final. No te quepa duda.

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Si queréis personajes "malos" que os seduzcan, aquí van varias recomendaciones para que disfrutéis leyendo y dejándoos enredar.


"Extraños en un tren" de la fabulosa Patricia Hightsmith, en la que dos desconocidos coinciden en un tren. Durante el interminable trayecto nocturno y mediante la "seducción" que ejerce uno de ellos en el otro, acuerdan cometer dos crímenes. Cada uno matará a la persona que quiere matar el otro. De esta manera, eso dice el "seductor", los móviles de ambos crímenes quedarán irresolutos.
Patricia nos acercará al "seducido" en este macabro juego y nos introducirá en su mente de manera que, al leerlo, empatizamos con sus motivos y olvidamos que uno es tan asesino como el otro. Al fin y al cabo, cualquiera podría matar por un buen motivo ¿o no?


"El guardián entre el centeno" de J.D. Salinger, en el que un adolescente problemático nos cautivará con su lenguaje, sus pensamientos y su manera absurda y desquiciada de actuar durante los días que dura una loca huida. Maravilloso leerlo pero ¿imaginas tener en casa un zangolotino como este? Insufrible.


"El perfume" de Patrick Süskind. A Jean Baptiste Grenouille, el protagonista, lo conocemos desde mismo día de su miserable nacimiento entre desperdicios. Asistimos a su crecimiento durante una infancia terrible llena de hambre y maltrato. Es normal que, cuando el niño se convierte en hombre, le hayamos cogido "cariño". Que el "angelito" sea un psicópata que termine asesinando a mujeres para extraerles el olor... pues oye, hasta tiene su gracia. Así que leemos y leemos (es uno de los best sellers más vendidos de la historia) como si no hubiera un mañana.



"Lolita" de Vladimir Nabokov es un ejemplo de seducción. Pero cuidado, no lo es por la falsa seducción que la niña ejerce en el depravado de Humbert Humbert (que es la creencia malintencionada con la que se ha vendido la historia y las posteriores adaptaciones cinematográficas, seguro que leemos la palabra "Lolita" y nos viene la imagen de una niña maquillada con gafas de sol al borde de una piscina chupando una piruleta). No.

La seducción con la que Nabokov nos hipnotiza está en las palabras que el pederasta emplea para contarnos, directamente a los lectores, su historia. Humbert no seduce a la niña (que es una absoluta víctima a la que no necesita seducir) nos seduce a nosotros y a nosotras. Nos invita a oír la historia de su boca y, pese a todo lo que sabemos que va a pasar, caemos en su trampa. Fijaos si el protagonista lo hace bien que creemos que es la niña la que lo seduce y juega con él. Nos creemos a este embaucador que pretende contarnos que él es la víctima y no la pobre niña. El poder de las palabras en estado puro.
Nabokov escribió una novela maravillosa con una historia repugnante, enferma e insana. Y también fue un best seller. Ahí está la maestría.

Nota: Tengo que escribir una entrada sobre este libro para el blog.

Segunda nota: Utilizo siempre las ediciones de los libros que tengo en casa y que son los que yo leo. Me negué a comprar "Lolita" con la foto de una niña hipersexualizada en su portada. Sería como si el Quijote se vendiera con una foto de Aldonza Lorenzo en pelotas. Nada que ver con lo que en verdad cuenta.
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Termino con un breve reseña de la película "La seducción" con cuyo fotograma empezaba esta entrada.

Un soldado herido de la Unión, durante la guerra de Secesión en EEUU, es acogido en una casa sureña llena de mujeres que deciden ocultarlo de los Confederados y lo cuidan hasta que empieza a restablecerse. En breve, empiezan a surgir sentimientos encontrados de deseo y resistencia entre el inesperado huésped y las mujeres que lo atienden. El hombre juega con ese poder y seduce. Ellas juegan con su poder y seducen. Pero ¿Cuál es el poder de cada uno? ¿Quién seduce a quién realmente? ¿Cómo acabará esto?

Tendrás que ver la película.


Para terminar, una canción maravillosa de Lupe.

Según tu punto de vista yo soy la mala.
La que te llegó hasta el alma, la gran tirana.
Para mí es indiferente lo que sigas comentado,
si dice la misma gente que el día en que te dejé
fui yo quien salió ganando.
























Comentarios

  1. Hay una película de 1971 llamada «El seductor», que es en la que se basa esta película actual. Aquella versión está dirigida por Don Siegel e interpretada por Clint Eastwood y es absolutamente malsana y maravillosa. Nadie puede ser más seductor que Clint Eastwood con 41 años. Nunca entenderé porque se hacen versiones de películas que ya son perfectas. Si alguien quiere ver la versión antigua, que me la pida.

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    1. Así es, Jesús, del libro original esta es la segunda película que se hace. Quizá lo más interesante es que esa "seducción" de la que habla esta historia, se trata desde perspectivas diferentes. Creo que en tu versión las mujeres son malas y vengativas y en esta, Sofia Copollla se centra en los motivos que llevan a estas mujeres a actuar como actúan. Además, tiene unos planos bellísimo y lentos.
      En algo tienes razón, Clint es un absoluto seductor con 41 y con los 80 que debe tener ahora, no como Colin Farrell que es bastante soso y nada atractivo. Desde ya te pido la peli. Yo tengo la nueva, así que también la presto a quien me la pida.

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  2. Muy interesante. No me había fijado en las lecturas de novelas o al ver películas
    en el tema de la "seducción". Para mí pasaban cosas y yo tenía mi opinión sobre
    ellas. Así de simple.
    Ahora tengo que escribir un relato en el que el seductor o seductora cometa un crimen.
    ¡Qué difícil me parece, María! Trataré de aprender de estos libros que nos propones pero
    es mucha tarea para tan pocos días. A ver qué sale.
    Siempre gracias, María, por todo lo que aprendo contigo.

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    1. Pues sí, Cary, los personajes siempre nos seducen de alguna manera para que leamos sus historias. Las novelas que aquí os pongo no son para leer durante la semana (jeje) basta con que las anotéis por si alguna vez tenéis la posibilidad de leerlas.

      En cuanto al ejercicio propuesto, sé que no es fácil. Trata de escribir un monólogo en el que el propio asesino o asesina (a elegir) nos cuente por qué "lo ha hecho" de manera "seductora" que es el tema de la semana.

      ¡Besazo!

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