Las Bellas Extranjeras

A Mircea Cărtărescu lo puedes encontrar entre las novedades de cualquier librería a pesar de que sus libros fueron escritos hace algunos años. El futuro Nobel rumano de Literatura, como no se cansan de anticiparnos sin apuntar la fecha exacta, tiene en la editorial Impedimenta (encargada de la reedición de su obra en español), una carta de presentación inmejorable. Porque no me negareis que el libro, su portada, ese dibujo en colores, el fondo negro y el tacto rugoso de la camisa que lo envuelve, no son para volverse loca. Soy una fetichista de las ediciones bien hechas, los libros me ponen, lo confieso. Pero ya estoy en tratamiento y tomo la medicación.

¿Habéis probado a quitarle la camisa a los libros que la llevan? Yo lo hago siempre de manera libidinosa con desiguales resultados. Eso sí, algunas veces, como en este caso, te llevas una agradable sorpresa. Pasa igual con las personas; las hay que te sorprenden para bien cuando se quitan la ropa y las hay que están mejor vestiditas, de lejos y de espaldas. No daré nombres.

Bonito, ¿verdad?
Pasa que, por muy "bueno" que esté un libro de entrada, si no tiene nada que destaque en su interior no dejará de ser un bonito e inútil adorno en cualquier estantería, haced aquí la metáfora o símil que prefiráis. En "Las Bellas Extranjeras" no se da el caso y, como diríamos entre amigos: ¡Es que además de guapo es inteligente!

Tres relatos conforman este "librazo": Ántrax, Las Bellas Extranjeras y El viaje del hambre. En los tres, el hilo conductor es el propio autor y sus experiencias escritoras por esos mundos de Dios. Un misterioso sobre llegado desde Dinamarca es el disparador que pone en marcha el desquiciante periplo de Mircea y su mujer por las comisarías de Bucarest. En el relato que presta su título al libro, Cărtărescu relata sus vivencias como escritor ante las entrevistas, los periodistas, los premios y las conferencias con un estilo maravillosamente divertido y crítico hacia él y hacia la industria editorial que le rodea. El periplo que emprende por Francia en compañía de otros colegas rumanos, no tiene desperdicio. Le ocurre lo mismo al relato de cierre, de nuevo un viaje y con el propio escritor de joven como protagonista.

Compré el libro por consejo de Antonio, que trabaja en La Casa del Libro de Viapol (calle Pirotecnia). Y si hago publicidad del sitio es solo porque es la persona más amable, entendida y enamorada de los libros que me he encontrado como librero (no quiero llamarlo dependiente) en la vida. Casi una hora estuvo a mi lado charlando de lo que él leía y de lo que leía yo, facilitándome títulos, escritores, escritoras e historias. Al verme indecisa entre tanta información (proceso lento), me preguntó: ¿Te gusta Eduardo Mendoza? —se me iluminaron los ojos—. Pues, aquí tienes al Mendoza rumano hablando de escritura. Tiene otros libros en los que relata con otro tono pero con este, te vas a reír. 

No hizo falta más. Antonio, tenía toda la razón. Supe que la tenía cuando decliné comprar una bolsa y lo abracé (al libro, no a Antonio), porque Mircea es guapo, escribe bien y además, ¡tiene sentido del humor! Lo que no sé es si se dejaría quitar la camisa 😉

Ahora en serio, un buen libro. Tengo que volver a por "Nostalgia".

Comentarios

  1. Gracias María por esta entrada, pues si bien te oí contar la historia de Antonio y su sabiduría librera, se me había olvidado el nombre del libro que te recomendó. Además, me encanta el estilo cpicaresco omo abordas la reseña, desnudando tus pensamientos de manera transparente ;) Cómo te amo!!!!

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  2. Me alegra ver que te gustó la recomendación!! Seguiré aconsejandote encantado. Te dejo aquí mi blog para que lo veas tranquilamente �� https://moonscorner.blog/

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  3. Hola, Antonio. Muchas gracias por comentar. Miraré tu blog y lo seguiré. Un abrazo y ¡bienvenido!

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  4. Muy apetecible el libro! De Cartarescu leí "Por qué nos gustan las mujeres" y me gustó mucho. Un abrazo

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