Sobre los huesos de los muertos

Como este mes de diciembre tengo que regalar varios libros, el sábado después de comer mi chico y yo nos dirigimos a la calle Pirotecnia por ver si coincidíamos allí con Antonio, el mejor librero a este lado del Guadalquivir. Dicho y hecho. Tuvimos suerte y lo encontramos trabajando por lo que después de elegir los títulos que ya tenía en mente comprar, llegó el turno para mi solaz. No puedo, repito, no puedo, comprar libros para otros y no llevarme alguno para mí también. Llamadlo locura, obsesión o avaricia, y en todos los casos acertaréis.
Como no estoy leyendo mucho últimamente (frase y adverbio de los que no hay que abusar), decidí dejarme aconsejar por Antonio, que yo no sé de dónde saca horas para leer y sospecho que debe hacerlo dormido porque, aunque solo sea por el entusiasmo que le pone, dan ganas de empezar por la A de autores en lengua extranjera y terminar por la Z de los nacionales.
Tras seguirlo de un lado a otro por la inmensa librería, acabé quedándome con dos: Seis formas de morir en Texas, de la sevillana Marina Perezagua  (tendréis noticias) y este del que hablo hoy, Sobre los huesos de los muertos, de Olga Tokarczuk, la flamante y desconocida para mí Nobel de Literatura 2018.
Creo, si no es así él me corregirá, que Antonio dijo sobre ella: esta es la novela para un premio Nobel del siglo XXI porque contiene ecologismo, feminismo, política  y corrupción. Además de salpimentarlo todo con una serie de asesinatos. Admitámoslo; la sinopsis atrapa.

Janina Duszejko es una anciana que vive por decisión propia en una región montañosa del suroeste de Polonia. Allí el invierno dura seis meses y en sus propias palabras, cuando lo vives sabes que "el mundo no ha sido creado para el hombre". Es aficionada a la astrología, a falta de creer en Dios ella cree en los astros, en sus alineaciones y combinaciones y pasa horas en su ordenador confeccionando cartas astrales de las personas, pocas, que conoce. Janina, que odia su nombre, es conocida por sus denuncias a la policía y sus discusiones con los políticos locales acerca de los cazadores furtivos que asolan la zona. Sufre por el daño infligido a cualquier ser vivo, sea el que sea, y no deja pasar la ocasión de expresar sus ideas lo que no la hace demasiado popular entre sus vecinos, hombres en su mayoría, aquejados de un singular y extendido "autismo testosterónico". También lee a William Blake y suele recitar sus versos en determinadas ocasiones, no come carne, padece los ataques de una enfermedad que la deja postrada en cama cada vez con más frecuencia y, en los últimos tiempos, llora con facilidad. Hasta que una noche, de madrugada, llaman a su puerta. Un vecino huraño y asocial con el que solo ha tenido disputas porque llena el bosque de trampas y maltrata a su perra, aparece muerto en el sucio y destartalado salón de su cabaña. "A partir de ahora tengan cuidado, hay algo que no han visto, un elemento oculto y esencial en este proceso, digno de la máxima atención, que se esconde ante ustedes; gracias a él nos hemos reunido en este lugar y en este momento, en una pequeña casa de la meseta, entre la nieve y la noche;yo, como cuerpo sin vida; ustedes, como seres humanos aventajados y de escasa importancia. Pero se trata apenas del principio. Es ahora cuando todo está a punto de suceder."

Si os gustan los blogs de libros (y si estáis aquí es porque es muy probable) os recomiendo el de Antonio MOON´S CORNER. Es mucho más comedido que yo en sus comentarios, lo cual no es difícil, sube títulos y títulos sin parar, los ordena por continentes y los valora con un sistema muy original. Otra cosilla; jamás, jamás hace spoiler ¿Quién no quiere darse una vuelta por la luna? Eso sí, luego me hacéis el favor, y bajáis de nuevo a los jueves. Que ya sabéis que soy de natural celoso.
El que no lee, la que no lee, es porque no quiere (y ellos, ellas, se lo pierden). Dicho queda.