El club de lectura de David Bowie

Lo evité. Juro aquí que lo evité. Me lo topaba por redes sociales y anunciado en todos los suplementos culturales. Ese rojo pasión/chillón/llévameatucasa no conseguiría su propósito. La editorial, la edición, la crítica que de él había hecho la mismísima Caitlin Moran, tampoco. Menuda soy yo cuando me pongo en el NO. Estuve unos meses —pocos— decidida a no comprar novedades, demasiados chascos para un pobre y blando corazón por eso, con determinación pseudo-férrea, solo hacía gasto con clásicos que, cosas de la vida, son los libros que menos dinero cuestan... Pero ni por esas. César salió una tarde a comprar algo y me lo regaló al volver, envuelto con una sonrisa: Toma, que te he visto cogerlo y soltarlo durante semanas.


La idea de este libro parte de la exposición que sobre el artista organizó el Victoria & Albert Museum de Londres en 2013. Una retrospectiva de su carrera con más de cinco mil objetos del archivo personal del cantante. Entre ellos, una lista con las cien lecturas que él consideraba más importantes e influyentes (no sus favoritas, señala en la fabulosa introducción, John O´Conell) y, para recrearla, varios de esos libros colgaban del techo.

Y es que el autodidacta Bowie (David Jones, en realidad) era un lector voraz que viajaba siempre con baúles llenos de libros que se convertían en auténticas bibliotecas móviles en cada hotel en el que se alojó y muchos fueron los compañeros y compañeras que declararon que se pasaba el día leyendo entre grabaciones, pruebas y rodajes.
De los miles de libros que leyó, escribía reseñas que subía a una página web lo que hizo que una importante cadena de librerías consiguiera sus opiniones para el papel impreso. De hecho, David no perdía oportunidad de hablar de libros en cada entrevista que le hacían y, como odiaba volar, las horas y horas de sus desplazamientos en trenes y coches, le daban tiempo para leer aún más.

En las primeras cinco páginas del libro, titulándose como se titula, aparece la famosa lista de sus cien y mi primer juego consistió en comprobar cuántos tenía y/o me había leído yo. ¿La verdad?, un poco triste; nueve, solo nueve. Pero no importa. Un libro te lleva a otro libro, ¡este me ha llevado a noventa! 😉

Además, con cada libro de este club, una divertida ilustración, una canción de Bowie para que la escuches mientras la lees, y más títulos ajenos a los cien que aquí se reseñan por si te animas y quieres seguir. Aclaro que las reseñas no son del propio David sino de John O´Conell, el autor, quien hace de este club un libro divertido, instructivo y original para que quienes nunca hemos formado parte de un club de lectura, digamos en alto que ahora sí, pertenecemos al club de lectura de David Bowie.

Bowie nunca debió existir. —dijo David de sí mismo en 1976 para la revista People— Para mí es como un kit de Lego. Estoy seguro de que no me caería bien, porque es demasiado frívolo e indisciplinado. No hay un David Bowie definitivo.

En 2003, y para otra entrevista, matizó:  No me convertí en quien quería ser hasta hace doce o quince años. Me pasé una grandísima parte de mi vida buscándome a mí mismo, intentando comprender el porqué de mi existencia, qué cosas me hacían feliz en la vida, quién era yo exactamente y de qué partes de mi intentaba huir.

Yo llegué tarde a Bowie, ya estaba cuando yo era muy pequeña y reaparecía de manera intermitente mientras me hacía mayor, daba la impresión de que siempre estaría ahí cuando se le necesitara. Ya era eterno antes de morir. Ahora toca disfrutar de lo único que nos trasciende de manera tangible a los seres humanos; el arte.

De las mil canciones que podría elegir para acabar (y aquí abriremos debate) me quedaría hoy con una que grabó junto a Queen, Under Pressure. Porque sí, porque me gusta, me anima, me habla al oído y la llevo escuchando en bucle durante días en el ordenador. Ese es el motivo (el destinador del arco actancial) en esta reseña. Sin embargo, a lo mejor porque necesito la esperanza, os dejo su eterno, como él, "Starman". Sube el volumen.

Comentarios

  1. También lo tuve en la mano, como tú. En este caso para regalárselo a Angie. Al final opté por otro (una biografía de Freddy Mercury con preciosas ilustraciones naif). !Es una reseña escrita ayer, no?

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  2. Es interesante lo que cuentas del libro -disco. A mí me da curiosidad saber qué leen o qué libros son interesantes para otras personas (cotilleo). Yo compré un libro que me pareció interesante. Se titulaba " Mi club de lectura con mi madre". Después de ojearlo/ hojearlo lo vi interesante para regalárselo a mí mí monitora del club de lectura. Pero yo no lo leí. Interesante lo de Bowie.

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